Cada 15 de mayo, el mundo agrícola y ganadero se viste de tradición para rendir homenaje a San Isidro Labrador, su patrón. Una jornada de celebración, fe y agradecimiento en la que el campo cobra protagonismo, reconociendo la labor de quienes, con esfuerzo y constancia, trabajan la tierra y cuidan del ganado durante todo el año.
¿Quién fue San Isidro?
San Isidro Labrador nació en Madrid hacia el año 1082, en el seno de una familia humilde. Fue jornalero y dedicó su vida al trabajo en el campo. Profundamente religioso, se le atribuyen numerosos milagros relacionados con la agricultura, como el famoso episodio en el que unos ángeles araban por él mientras rezaba. Su vida estuvo marcada por la caridad, la devoción y la sencillez.
Falleció en 1172 y su figura comenzó a ganar popularidad entre campesinos y ganaderos. Fue canonizado en 1622 por el Papa Gregorio XV y, más tarde, en 1960, el Papa Juan XXIII lo proclamó patrón de los agricultores. Desde entonces, cada 15 de mayo, pueblos y ciudades de tradición agrícola celebran su festividad con procesiones, misas y bendiciones de los campos.
Un día para mirar al cielo… y a la tierra
El Día de San Isidro es mucho más que una tradición religiosa. Representa un momento de unidad en el ámbito rural, una jornada para agradecer las cosechas, pedir por lluvias favorables y reconocer el trabajo del campo. Es habitual que se realicen actos simbólicos como la bendición de aperos, tractores o semillas, así como la petición de protección para futuras campañas agrícolas y ganaderas.
También es una fecha para visibilizar la importancia del medio rural en la economía y el desarrollo del país. El sector primario continúa siendo esencial y el 15 de mayo es un recordatorio de todo lo que hay detrás de cada cosecha: planificación, incertidumbre, innovación, relevo generacional y, sobre todo, mucho trabajo.
Tradición, fe y futuro
Celebrar a San Isidro es honrar una forma de vida. Es agradecer a quienes cuidan la tierra y alimentan al mundo. Es tradición, sí, pero también compromiso con el futuro del sector.
Desde Grupo CT, vinculados estrechamente al cereal y al transporte, nos unimos a esta celebración. Porque cada grano que se siembra, cada kilo que se transporta, forma parte de una historia colectiva que hoy, como cada 15 de mayo, merece ser reconocida y celebrada.